CUERPO SIN ALMA
Sabes cómo habla tu dolor.
Impotente te escucho y me quiebro en el acto.
Me abandona la fuerza, mi mano no sujeta,
he soltado tu alma en esta noche lúgubre perdida ya la fuerza,
ausentes las palabras.
El dolor siempre allí, furtivo y asechando, pero siempre presente.